MONS. GONZALO LOPEZ M.

MONS. GONZALO LOPEZ M.

viernes, 29 de junio de 2018

Padre Pedro Pierre: AQUÍ YA NO HAY JUSTICIA


Padre Pedro Pierre

Se hace cada vez más difícil entender lo que está pasando en nuestro país, en particular en lo de la justicia. Por eso cada vez más gente está levantando la voz pidiendo que se vuelva a la razón. En cuanto a las autoridades ¿qué confianza les podemos tener? Todo el mundo contradice a todo el mundo.

En las elecciones una mayoría de ecuatorianos hemos elegido un gobierno y confirmado un partido Alianza PAIS para que continúe la Revolución Ciudadana y sus opciones políticas y económicas, mejorando lo que había que mejorar. La ruptura de este orden da mucho que pensar y poco se puede confiar en quienes, gobierno y asambleístas, cambiaron el rumbo. El pretexto de la corrupción y las innumerables ilegalidades, denunciadas hasta internacionalmente, dejan mal parado todos los discursos oficiales. Las nuevas autoridades incluyendo la Comisión transitoria de Participación Ciudadana y Control Social padecen los mismos defectos. Estamos en un barco que va a la deriva en una gran tempestad.

Con todo esto hemos retrocedido no 10 años atrás, sino 20, como si estuviéramos nuevamente en vísperas de un nuevo feriado bancario, donde los mismos de siempre están logrando con creces lo que no pudieron hacer durante los 10 años del gobierno correista. Después de un año de gobierno tenemos un proyecto económico que da gusto a los grandes empresarios, banqueros y financistas de toda clase a costa de mayor pobreza.

¿Dónde están los heraldos de la justicia social? ¿Dónde están los opositores al campante capitalismo criollo? ¿Qué dicen y hacen los sindicatos y las organizaciones sociales que por combatir el correismo apoyan a sus enemigos tradicionales? ¿A qué medios de comunicación acudir para encontrar informaciones veraces frente a la triunfante manipulación televisiva, radial y periodística? ¿Dónde encontraremos una izquierda democrática que defienda los intereses populares?

Pongámonos a gestar otro país desde nuestros espacios individuales, familiares, profesionales, sociales hacia una justicia que nos haga responsables de nuestro destino común.