Padre Pedro Pierre
Pasó la consulta plegada de odios, mentiras y confusiones. En promedio el Sí ganó, pero el promedio de 64% obtenido no es una victoria contundente… lejos del 82% alcanzado por Rafael Correa durante su gobierno.
Los resultados del No llaman la atención: un promedio de 36%, llegando en Manabí y el exterior a superar el 50%. Si comparamos con las elecciones presidenciales del año pasado en la primera vuelta, vemos que Alianza PAIS ganó con el 38%. Eso significa que Correa tiene más o menos el mismo apoyo nacional que hace un año. Haciendo prospección de qué porcentaje tendría el presidente Moreno, apoyado por 16 partidos políticos y un sinnúmero de organizaciones sociales, dividamos por dos los 64% obtenidos. Llegamos a 32%, lo que es inferior a lo que alcanzaron los correístas. Notemos también que Rafael Correa bien puede postularse para alcalde, asambleísta o vicepresidente.
Ahora vienen los reclamos tanto nacionales como internacionales. La CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) pidió a la Corte Interamericana medidas provisionales que impidan la destitución del Consejo de Participación Ciudadana. Los reclamos vienen también al nivel nacional: todos los grupos que apoyaron el Sí ya reclaman sus ‘derechos’. Los de derechas quieren más neoliberalismo, los del centro más puestos estatales, los de izquierda nuevos cambios sociales. Muchas dificultades tendrá el Gobierno con sus 44 asambleístas para lograr alianzas en la Asamblea: la mayoría que necesita es de 30 asambleístas. Bien parece, como lo hacen notar los comentarios internacionales, que el Presidente quedó más débil con la consulta. ¿Cómo salir de esta intrincada situación? En sus 3 reuniones con las organizaciones populares, el papa Francisco ha repetido siempre que los principales protagonistas de un cambio social son los pobres, organizados en movimientos populares. Ese es el gran desafío para nuestro país: o se trabaja desde las organizaciones sociales o no habrá ningún cambio.