¡Miradme, mirad por última vez al único poder del mundo! Reconoced a vuestro verdadero soberano y aprended el miedo. Camus. El Estado de Sitio.
Luego del 9/11 el mundo ha cambiado en favor de la arbitrariedad. Ahora resulta que el Presidente Obama ha decidido bombardear Siria. El galardonado con el Nobel de la Paz, y por lo tanto pacifista, aseguró tener suficiente apoyo internacional para liderar una amplia coalición que garantice la destrucción del Estado Islámico (EI), algo que según él llevará tiempo y no estará exento de riesgos para los implicados. Y uno se pregunta: ¿No le resultaría más fácil y menos costoso eliminar el sustento que hasta ahora otorga a esta organización terrorista? Sí, así de simple. En la sencillez de una solución estriba su belleza.
En Siria va a combatir el terrorismo, el mismo que siempre se ha encontrado bajo la protección del único poder del mundo, del verdadero soberano que inspira miedo. Posiblemente para confundir, y casi lo logra, el terrorismo cambia de nombre como el camaleón de colores; así, el tan aborrecido EI es en resumidas cuentas el denominado Frente Al Nusra, organización terrorista que cuenta con no menos de 15.000 combatientes extranjeros arribados a Siria desde más de 80 países, según informó la CIA a CNN. Una investigación del New York Times informó que 85 aviones militares de carga, con un promedio de 50 toneladas por vuelo, llevaron entre enero de 2012 y marzo de 2013 armas a Turquía destinadas a Siria, aunque en realidad estos embarques comenzaron mucho antes, a raíz del linchamiento de Gadafi, al inició de la llamada insurgencia contra el régimen sirio. Previamente nació el AQI, el Al Qaida Iraquí, creado por los ocupantes estadounidenses para que los iraquíes se destriparan entre sí y poder dividir Irak en tres pedazos devorables.
Al Nusra es la fuerza de choque más importante en Siria, la mejor pertrechada y organizada, la que más éxitos ha logrado en los ataques a las principales instalaciones militares, a las bases de misiles antiaéreos y a los radares de defensa, para lo cual requería de información precisa de inteligencia foránea que es la única que se beneficia al debilitar las áreas de defensa de ese país. Todo esto contradice la afirmación oficial de que la CIA solamente armó y entrenó a rebeldes “moderados”.
Buena es la cosa, resulta que le dan sustento al Frente Al Nusra, la oposición más radical de Siria, para que destruya las instalaciones de defensa de ese país, cuando los terroristas gasean a los mismos niños que previamente había secuestrado, acusan al gobierno sirio de genocidio y cuando para evitar una intervención militar de los EE.UU. este gobierno se desprende de las armas químicas, encuentran el pretexto del EI para de todas maneras hacer la guerra sin declararla.
Por eso es imposible dar crédito a las palabras del Presidente Obama de que es la fortaleza de la organización terrorista del EI lo que lo obliga a perseguirlos “dondequiera que estén”, o sea, en Siria.
Merece que le cambien el Premio Nobel a la Paz por el Premio Novel a la Pastraña.