Padre Pedro Pierre
Son llamativas y vergonzosas las actuaciones del Consejo Nacional de Elecciones (CNE) tanto antes como durante y después de las elecciones del domingo 24 de marzo. Las peleas internas de los miembros del Consejo, las argucias para no inscribir el partido de la Revolución Ciudadana, las normas restrictivas para que los candidatos al Consejo de Participación Ciudadana no hagan campaña, las maniobras para multiplicar los votos nulos afín de eliminar dicho Consejo, la negativa para impedir la presencia del veedores de la OEA (Organización de los Estados Americanos), la falsa excusa para no controlar los gastos de campaña de los candidatos, los cambios de lugares de votación de los ecuatorianos en el extranjero… La misión de OEA dijo que el CNE cometió censura previa y afectó libertad de expresión de medios digitales como es el caso de ecuadorinmediato.
En el día de las elecciones, apareció el embajador de Estados Unidos en el CNE: ¿Qué hacía allí este señor? No faltaron en las redes sociales videos de gente que, por ejemplo, traía papeletas de votación desde fuera del recinto electoral acompañada por un militar de la marina. Durante ese día de votación, no faltaron las protestas, las grescas y cuántas cosas más ¿Y qué decir del conteo en medio de apagones y caída del sistema electrónico? Entre las explicaciones contradictorias del CNE, la Corte Suprema, el CNT (Consejo Nacional de Telecomunicaciones), es difícil no dudar de la calidad y transparencia de estas elecciones. Ahora, se busca descalificar a los 2 elegidos de la Revolución Ciudadana al Consejo de Participación Ciudadana: la persecución continúa…
¿Qué es lo que más llama la atención de los resultados electorales aunque no estén proclamados oficialmente todavía? Una primera apreciación es que 3 partidos políticos tienen las mayores votaciones: el Partido Social Cristiano, lista 6, de Jaime Nebot, el Movimiento Pachakutik, lista 18, de la CONAIE y el Partido Compromiso Social, lista 5, de la Revolución Ciudadana.
El PSC consiguió 8 prefecturas sobre 23 y 43 alcaldías. En Guayaquil Cynthia Viteri ganó con 1/3ª parte de los inscritos. De los 43 alcaldes, 34 se lograron en alianza con otros partidos. El PSC no logra consolidarse en la Sierra y pierde bastiones importantes en la Costa. La campaña nacional de Nebot no surtió mayores efectos en las ciudades adónde fue, ¡ya que perdieron sus candidatos! Estos rechazos demuestran un rechazo a Nebot que buscaba posicionarse con candidato presidencial en 2021.
El Movimiento Pachakutik se mantiene en todo el país: logra 5 prefecturas y 14 alcaldías sin hacer alianzas con nadie. Su discurso no fue frontalmente antineoliberal ni crítico con el gobierno. Lourdes Tibán, como figura anticorreísta, perdió en casa propia.
El Partido Compromiso Social dela Revolución Ciudadana, a pesar de las innumerables trabas que le pusieron por todas partes, logró buenos resultados: 2 prefecturas, una en Quito y otra en Manabí. En el Concejo Municipal de Quito logró 9 concejales sobre 21. En el Consejo de Participación Ciudadana logra 2 puestos. Con tales votaciones logró mantenerse en la palestra electoral para las próximas elecciones nacionales. En Guayaquil tiene baja votación. Conserva un fuerte apoyo nacional evaluado al 30%.
Los grandes perdedores son Lasso y Moreno, o sea, los que tuvieron las mayores votaciones en las pasadas elecciones presidenciales. El castigo a Alianza PAIS, lista 35, proviene, por una parte, de la mala gestión del presidente, aprobada sólo por 25% de los ecuatorianos según encuesta en Quito, Guayaquil y Cuenca, y, por otra parte, por la traición de los asambleístas de la Revolución ciudadana que no logran tener figuras de alcance nacional.
Quedaron barridos los partidos de Bucaram, Lucio Gutiérrez, Unión Nacional-MPD… Para el Consejo de Participación Ciudadana, la promoción del voto nulo no tuvo mayores seguidores: la gente no quiere perder un poder nacional que le permite nombrar directamente un ente estatal de control. En el campo, la gente votó por personas conocidas y reconocidas por su trayectoria de servicio a la comunidad. Es signo del rechazo a los partidos políticos en general.
Se puede notar que el voto ciudadano es más consciente y castiga a los corruptos y politiqueros de siempre. A ver ahora cómo se acompaña y controla a las nuevas autoridades elegidas para no perder el derecho a ser oído y respetado. El mayor problema va a ser el desempeño de las distintas autoridades nombradas, en muchos casos, a dedo por el Consejo transitorio de Participación Ciudadana. Es de preguntarse cómo se mantendrá el Consejo Nacional Electoral después de tantas aberraciones antes, durante y después de las elecciones. A ver si juzgamos a cada uno por sus obras: el árbol se reconoce por sus frutos.